Más de 2.500 personas viviendo en un edificio que tenía como destino albergar las elegantes oficinas de un banco. Edificio que nunca fue terminado de construir y que un centenar de familias se tomaron para convertirlo en su hogar. Las autoridades han tratado de sacarlos muchas veces, pero ellos se defienden diciendo que si tuvieran alternativa, la llamada “Torre de David” estaría lejos de ser el lugar que elegirían para vivir.
A finales de los 80`y principio de los 90`Venezuela vivía un auge económico. Por eso no era de extrañar que se planificara la construcción de un centro financiero en Caracas, con altos y lujosos rascacielos.
Así fue como nació la Torre Confinanzas, que con sus 45 pisos se convertía en uno de los edificios más altos de la ciudad y de Latinoamérica. También conocida como la Torre de David, en honor a David Brillembourg, el empresario que la construyó, finalmente el rascacielos quedó a medio construir, convirtiéndose en un símbolo de la crisis económica que siguió a la bonanza.
Pero no fue hasta el 2007 que el abandonado edificio empezó a ser ocupado ilegalmente por estas familias que, además de buscar un techo para vivir, reclaman por la escasez de vivienda social en Venezuela.
Tras estos años de toma estas 2.500 personas han convertido a la Torre de David, no sólo en el lugar dónde duermen y han acondicionado un espacio como su hogar, sino también en un completo barrio en las alturas. Hoy distribuidos entre sus pisos, la Torre de David cuenta con una peluquería, un almacén, una cancha de fútbol y una capilla, entre otras cosas. Pero, no cuentan con ascensor, por lo que algunos de los invasores de la torre se jactan del buen estado físico que han desarrollado subiendo, en algunos casos, hasta más de 20 pisos diariamente.
El miedo a ser desalojados por la fuerza, los llevó a organizarse: dos guardias cuidan día y noche la entrada. Cada piso cuenta con electricidad ya que están colgados a la red, y el agua se transporta en baldes desde el primer piso. Algunos incluso tienen auto y lo estacionan en el edificio.
Pero a medio construir este lugar, que está lleno de antenas de televisión satelital, es un sitio muy inseguro donde faltan barandas, ventanas y los muros que quedaron sin construir. Lugar donde los niños transitan entre escaleras y pasillos oscuros, lo que ha terminado con varios y graves accidentes. Es esta una de las razones de porqué los habitantes de la ocupación más alta del mundo, dicen que si tuvieran otra opción no seguirían en este lugar. Pero defienden la ocupación diciendo que cualquier techo siempre es mejor que la calle.
Una toma ilegal, como miles de las que hay en el mundo, pero mucho más visible: en medio de la ciudad, en medio del barrio que debía representar el desarrollo económico y social de Caracas. En medio de un continente al cual aún le quedan problemas básicos por resolver como es la falta de vivienda y la desigualdad, que se hace muy evidente en un caso como este, donde los espejos que alcanzaron a ser puestos en el lujoso edificio, no alcanzaron para tapar esa otra realidad.
Post original en PlataformaUrbana.cl
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