NUEVA CHAITÉN: ¿EL FUTURO POBLADO DE LA TRISTEZA?
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Días atrás, los medios de comunicación anunciaron que el nuevo poblado que se construye para los damnificados habitantes de Chaitén (Nueva Chaitén), será consultado a sus futuros pobladores; esto es, que el diseño de la nueva ciudad contará con la participación de sus usuarios…
Apropósito de esta noticia es que quiero compartir una reflexión sobre el tema. Reflexión que publiqué en la edición número tres de metápoli.net:
Cuando veo algo en relación al caso de Chaitén, no puedo dejar de comparar esta realidad con la vivida por una gran parte de las familias que ha postulado ha la vivienda propia, las de bajo costo (las también llamadas viviendas de interés social). Me sitúo en esta comparación porque me parece que en ambos casos se debe discutir un factor clave para el futuro de los habitantes de un nuevo poblado, o ciudad, como es el caso que hoy día esta en discusión. Esto es: la erradicación V/s radicación. Dicho de otro modo, vivir lejos de tu lugar de origen o quedarte en el.
Al realizar esta comparación, aparecen los desafortunados ejemplos de nuestra política habitacional desarrollada por ya varias décadas, en la que, las personas que postulaban a una vivienda propia, terminaban viviendo fuera de sus raíces, erradicadas de sus redes sociales. Esto trajo nefastos resultados para el hábitat tanto familiar como para el barrio y con esto, para la ciudad. Transformándose esto, en un problema de carácter urbano (lo que algunos han denominado como: el problema de “Los con Techo”.
Por fortuna, el gobierno ha entendido esto y hoy por hoy, está en vías de un cambio de esta política de erradicar o de cortar raíces. Un ejemplo concreto ha esto es el “Fondo Solidario de Vivienda”, una Política Habitacional Participativa, que busca (entre otros aspectos) la participación activa de las familias en su futuro proyecto habitacional, y en lo posible, una localización que mantenga sus redes sociales.
Don Ramón Del Piano señaló para metápoli.net que: “El corazón quiere estar siempre donde están las raíces, uno siempre vuelve con cierta nostalgia a su casa de infancia (...) el ser humano quiere ante nada identidad (…) La felicidad sin identidad no existe”.
Lamentablemente, y como es de conocimiento público, la movilidad de los habitantes de Chaitén hacia el sector de Santa Bárbara, distante 12Km hacia el norte, es un hecho que no cabe a la discusión. De hecho, Alberto Riffo gobernador de Palena, señaló en una crónica del noticiero de TVN: “vivir en Chaitén es un peligro”.
Cual es el punto entonces:
Estamos frente a una “posibilidad” quizás nunca antes vista en Chile: La construcción de una nueva ciudad…, pero con un usuario ya definido. Creo que es ahí en donde el gobierno está fallando. En desentenderse de los habitantes. La discusión hoy en día es ha nivel de gobierno y expertos, mientras el usuario mira desde el distante Chaitén, hacia las “alturas de la gran capital”. Con esto, la pregunta es: ¿Estamos frente a un futuro geto urbano, en donde la gente no se sentirá con identidad y por tanto, sumida en la tristeza? como lo plantea R. Del Piano.
Creo que el gobierno debe cambiar su estrategia cuanto antes y aplicar lo ya aprendido por los errores que arrojaron las malas políticas habitacionales y entablar mesas de conversación con los vecinos. Que se creen equipos multidisciplinarios que cuenten con psicólogos que se encarguen de poner a las familias en el escenario real: que deben salir de sus raíces y que deben transplantarlas 12Km más al norte.
Y recién ahí, luego de este dialogo, diseñar junto a las familias, expertos y gobierno, el futuro asentamiento. Para que en alguna medida, mediante este proceso participativo, los vecinos “echen raíces” desde ya…
Apropósito de esta noticia es que quiero compartir una reflexión sobre el tema. Reflexión que publiqué en la edición número tres de metápoli.net:
Cuando veo algo en relación al caso de Chaitén, no puedo dejar de comparar esta realidad con la vivida por una gran parte de las familias que ha postulado ha la vivienda propia, las de bajo costo (las también llamadas viviendas de interés social). Me sitúo en esta comparación porque me parece que en ambos casos se debe discutir un factor clave para el futuro de los habitantes de un nuevo poblado, o ciudad, como es el caso que hoy día esta en discusión. Esto es: la erradicación V/s radicación. Dicho de otro modo, vivir lejos de tu lugar de origen o quedarte en el.
Al realizar esta comparación, aparecen los desafortunados ejemplos de nuestra política habitacional desarrollada por ya varias décadas, en la que, las personas que postulaban a una vivienda propia, terminaban viviendo fuera de sus raíces, erradicadas de sus redes sociales. Esto trajo nefastos resultados para el hábitat tanto familiar como para el barrio y con esto, para la ciudad. Transformándose esto, en un problema de carácter urbano (lo que algunos han denominado como: el problema de “Los con Techo”.
Por fortuna, el gobierno ha entendido esto y hoy por hoy, está en vías de un cambio de esta política de erradicar o de cortar raíces. Un ejemplo concreto ha esto es el “Fondo Solidario de Vivienda”, una Política Habitacional Participativa, que busca (entre otros aspectos) la participación activa de las familias en su futuro proyecto habitacional, y en lo posible, una localización que mantenga sus redes sociales.
Don Ramón Del Piano señaló para metápoli.net que: “El corazón quiere estar siempre donde están las raíces, uno siempre vuelve con cierta nostalgia a su casa de infancia (...) el ser humano quiere ante nada identidad (…) La felicidad sin identidad no existe”.
Lamentablemente, y como es de conocimiento público, la movilidad de los habitantes de Chaitén hacia el sector de Santa Bárbara, distante 12Km hacia el norte, es un hecho que no cabe a la discusión. De hecho, Alberto Riffo gobernador de Palena, señaló en una crónica del noticiero de TVN: “vivir en Chaitén es un peligro”.
Cual es el punto entonces:
Estamos frente a una “posibilidad” quizás nunca antes vista en Chile: La construcción de una nueva ciudad…, pero con un usuario ya definido. Creo que es ahí en donde el gobierno está fallando. En desentenderse de los habitantes. La discusión hoy en día es ha nivel de gobierno y expertos, mientras el usuario mira desde el distante Chaitén, hacia las “alturas de la gran capital”. Con esto, la pregunta es: ¿Estamos frente a un futuro geto urbano, en donde la gente no se sentirá con identidad y por tanto, sumida en la tristeza? como lo plantea R. Del Piano.
Creo que el gobierno debe cambiar su estrategia cuanto antes y aplicar lo ya aprendido por los errores que arrojaron las malas políticas habitacionales y entablar mesas de conversación con los vecinos. Que se creen equipos multidisciplinarios que cuenten con psicólogos que se encarguen de poner a las familias en el escenario real: que deben salir de sus raíces y que deben transplantarlas 12Km más al norte.
Y recién ahí, luego de este dialogo, diseñar junto a las familias, expertos y gobierno, el futuro asentamiento. Para que en alguna medida, mediante este proceso participativo, los vecinos “echen raíces” desde ya…
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